¿Qué tipos de cierre existen en la joyería?

Los cierres son una parte indispensable de la joya porque impiden que perdamos el accesorio. Por eso hay que fijarse qué tipo de cierre tiene la joya, si es suficiente con respecto al peso y la calidad de la joya, y por supuesto, hay que tener en cuenta su grado de comodidad. Se recominda comprobar periódicamente el estado del cierre para evitar la pérdida de la joya. Aquí le explicamos un poco más sobre los cierres presentes en las joyas de nuestra tienda.

PENDIENTES

Cierre de presión: muy cómodo y bastante fácil de colocar, sujeta muy bien la joya a los lóbulos. Son perfectas para cualquier tipo de oreja.

Cierre gancho:Se aguantan en las orejas con mucha seguridad, pero hay que tener cuidado en los momentos cuando hacemos algún movimiento brusco como al quitarnos la ropa por la cabeza. No se recomienda hacer deporte con este tipo de pendientes.
No suele quedar bien a todo el mundo. Si usted tiene orejas con notable pérdida de tonificación, sería mejor escoger otro tipo de pendientes.

Cierre omega: uno de los cierres más seguros, confortables y fáciles de poner. Lo encontramos normalmente en pendientes de señora o en piezas grandes con un gran tamaño y peso, este tipo de cierres aseguran mejor la sujeción.

Cierre catalán: consiste en un cierre de presión pero con un gancho por detrás. Al estar totalmente enganchado es bastante improbable que se abra.

PULSERAS Y COLLARES

Mosquetones: son los cierres más comunes y tradicionales que todo el mundo conoce. Solamente hay que introducir la argolla en el gancho mientras pulsamos la presilla.

Cierre de caja: estos cierres están formados por dos piezas que se abren cuando la palanca exterior del lado es presionada, comprimiendo el dispositivo para que se deslice hacia afuera de la apertura. Para cerrar, sencillamente se debe estas dos piezas dentro nuevamente y fácilmente encajará en su lugar.

Reasas: un cierre muy común que a veces lo confunden con el mosquetón. Éste es un anillo hueco que lleva otro dentro, que se puede mover de un lado a otro apretando la presilla. De este modo abrimos el cierre y colocamos la argolla. Para impedir que la joya se pierda, hay que vigilar el estado del mecanismo, ya que suelen deteriorarse con el paso del tiempo.